Hacer periodismo es como ver el cielo con un buen soundtrack para cada temporada; es inesperado, auténtico, peligroso y demasiado grandioso para describirlo con palabras. Es como leer por primera vez "Libertad" de Bukowsky o "El pez en el agua" de Vargas Llosa, es igual o hasta más extaciante que escuchar a Bon Jovi en primera fila, igual o más gratificante que ver un atardecer, igual o más difícil de entender que una obra de arte, hacer periodismo es igual o más grande que la felicidad misma.

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Hacer periodismo es de apasionados y de valientes, pero lastimosamente de los años pioneros del periodismo hasta la fecha el panorama ha cambiado, extinguiendo casi por completo el respeto a la carrera no solo por parte de un espectador, sino también por los mismos periodistas que pierden el rumbo o vocación dando cabida a un montón de titulares humillantes que terminan siendo parte de un meme. Así como el cielo tiene distintos matices, el periodismo igual y cada uno es grandioso a su manera, en cada matiz se aprende y desaprende.

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Lastimosamente, con la llegada de la pandemia y las crisis políticas, sociales, económicas y de salud que se han desarrollado, han dejado muy marcado aquellos matices que logran agobiar a los espectadores e incluso a los mismos periodistas.

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Por eso te doy la bienvenida a Kuskiy, un proyecto con el que se busca luchar contra las fake news y resaltar las noticias positivas que muchas veces no se les da la difusión necesaria, a la vez el objetivo principal es #DifundirCultura.